Settignano y el encanto de la naturaleza

Índice de contenidos
  1. Cómo llegar a Settignano y el encanto de la naturaleza
  2. Qué hacer en Settignano
  3. Su historia
  4. Qué ver en Settignano y el encanto de la naturaleza

Mucha gente tiene una imagen grabada en la mente de lo que es Toscana. Sus paisajes típicos plagados de cipreses y colinas ondulantes que se muestran sinuosas ante nuestros ojos. Y efectivamente es así. Lo mejor de todo, es que no hay que ir muy lejos para disfrutar de estas vistas maravillosas. En el post de esta semana, hablaremos de Settignano y el encanto de la naturaleza.

¿Settignano? ¿Dónde está? ¿Es un lugar famoso? Es cierto que Settignano no es particularmente conocido ni recibe miles y miles de turistas, ni siquiera en los meses más activos en el sector. Pero os diré que eso incluso forma parte de su encanto, ya que es un escenario mucho más auténtico y especial.

Vamos a empezar por lo principal. Y es la respuesta sobre dónde está esta pequeña fracción de Florencia.

Settignano es una especie de barrio más dentro de la ciudad metropolitana de Florencia, solo que está un poco apartado en altura entre las maravillosas colinas toscanas. Está muy cerca de Fiesole (os dejo aquí el enlace sobre el post dedicado a esta pequeña localidad), de hecho se puede llegar caminando por el monte de un lado al otro pero la diferencia básica es que Settignano no tiene ayuntamiento propio porque pertenece a Florencia.

Cómo llegar a Settignano y el encanto de la naturaleza

Llegar hasta ahí es bastante sencillo desde Florencia, puesto que solo tendréis que tomar un simple autobús urbano de Florencia. Concretamente el número 10, desde la Plaza de San Marco. Como contra os diré que este es un autobús que suele terminar bastante pronto, por lo que si decidís visitarlo, tendréis que tener esto en cuenta porque si no, os daréis una buena caminata desde arriba hasta el centro histórico de la capital toscana.

Qué hacer en Settignano

Aunque tiene cositas que ver, en ello nos adentraremos a continuación, Settignano es un lugar predominantemente natural, por lo que si os gusta caminar o adentraros en el campo disfrutando del aire libre, es vuestro lugar sin duda. Hay diversas sendas que seguir, algunas os llevan a dar una vuelta por los alrededores del barrio, siempre monte; y otras os pueden llevar hasta Fiesole o incluso hasta Florencia si es bajada.

En cualquier caso, todas son bonitas. De hecho, os servirá para desconectar del estrés de la vida cotidiana, seguro. Se respira una tranquilidad absoluta en estos parajes, solo interrumpida si acaso por algún animalillo que os podéis encontrar por el camino. Atención porque no es raro encontraros con jabalíes o con pequeñas culebras por ejemplo. No tiene por qué ocurrir, yo nunca los he visto, pero es una posibilidad.

Aprovechad para relajaros y disfutad de las vistas de Florencia que también tenéis desde aquí. Apreciaréis el ‘Cupolone’ o la obra maestra de Filippo Brunelleschique supone la Cúpula de la Catedral de Santa Maria del Fiore y por supuesto, la maravillosa naturaleza toscana, con esas verdes colinas de las que hablábamos antes.

Su historia

Se han encontrado restos de la existencia de algún tipo asentamiento aquí ya desde la época romana de Settimio Severo (a fines del siglo II d.C), aunque se sabe que en realidad la vida en estas colinas viene de más lejos aún. Ha sido considerado como un lugar perfecto para los florentinos para pasar los veranos y por eso, hay numerosas villas en esta parte de la ciudad. La frescura, las viñas, los campos de olivos y sus sinuosas ondas, han sido muy apreciados ya desde la Edad Media.

Además, aquí hay muchos lugares desde los que se extrae la llamada ‘pietra serena‘, un tipo de piedra gris que se ha utilizado y se utiliza hasta la saciedad en las construcciones florentinas. Quizá, por eso, aquí nació la carrera de numerosos escultores muy importantes para el Renacimiento italiano como Desiderio da Settignano, Miguel Ángel (aquí pasó parte de su infancia y de esto viene la idea de que le daban leche mezclada con polvo de mármol siendo la causa de su amor por la escultura) o Bartolomeo Ammannati.

Qué ver en Settignano y el encanto de la naturaleza

El monumento más importante de Settignano es la iglesia de Santa Maria, que se encuentra en la plaza principal de la localidad y al lado del Oratorio de la Misericordia. Además, en la plaza encontraréis una fuente pública, una estatua dedicada a Niccolò Tommaseo (lingüista y escritor italiano) y una imagen de la Virgen con el niño de la escuela de Domenico del Ghirlandaio.

Desde ahí, podéis ver, o bien el cementerio monumental, o bien, las vistas panorámicas desde la Plaza de Desiderio da Settignano, donde hay también una estatua del escultor. Son unas vistas maravillosas de Florencia y sus alrededores.

Incluso, existe la posibilidad de visitar una de las villas que abundan en la zona. Muchas de ellas están habitadas aún, otras han sido reconvertidas en especies de hoteles o de lugares académicos. Concretamente podréis visitar la Villa Gamberaia, que perteneció en un inicio a monjas benedictinas y después pasó a ser propiedad de diferentes familias. La familia Capponi fue quien más o menos le dio el aspecto actual a la villa. Hoy en día es un sitio donde se llevan a cabo eventos de distinta índole como bodas, cursos o jornadas de puertas abiertas para artistas y escritores. Incluso se pueden alquilar apartamentos tanto para breves periodos como para estancias largas. Aquí tenéis el enlace de la Villa por si os interesa.

Subiendo por la carretera hacia Settignano seguramente os llamará la atención una espléndida edificación que parecería medieval y lleva por nombre Castello di Mezzaratta. En realidad no se construyó en la Edad Media, sino en 1921 y es de estilo neogótico. Aunque no sea de esa época, sigue siendo una preciosidad con la torre y distintos puntos panorámicos. Es de hecho, una muestra de que aún en esos tiempos era importante la vista y la posición de dominación sobre los territorios.

Visitar esta fracción de Florencia os dará a conocer una visión más real del estilo de vida florentino. Tanto si venís a la capital toscana para hacer turismo como si vivís aquí, puede ser bastante interesante, además de no llevaros mucho tiempo. Espero que lo tengáis en cuenta en vuestra lista de lugares que conocer y lo disfrutéis cuando efectivamente lo visitéis. Settignano y el encanto de la naturaleza os fascinará.

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