Los molinos holandeses más turísticos

Índice de contenidos
  1. Historia de Kinderdijk
  • Función de los molinos de Kinderdijk
    1. Cómo redirigir el molino para que aproveche el viento que sopla de todas direcciones
    2. La lucha neerlandesa contra el agua
  • Visita Kinderdijk
    1. Entrada:
  • Cómo llegar a Kinderdijk
  • Zaanse Schaans, otros molinos turísticos
  • Kinderdijk es uno de esos lugares mágicos de visita obligatoria en tu viaje a Países Bajos. Si pensamos en Holanda, lo primero que nos vendrá a la cabeza son los clásicos tópicos del país: canales, bicicletas, quesos, tulipanes y por supuesto: Molinos. Y si hay unos molinos por excelencia que representan la verdadera esencia del país, ésos son los molinos de Kinderdijk.

    Esta atracción turística forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1997 y a pesar de tener casi 300 años se conservan en perfecto estado y continúan en funcionamiento.

    Este conjunto de 19 molinos, construidos en el año 1740, se encuentra a las afueras de la ciudad de Rotterdam y son una de las principales atracciones turísticas del país. Los molinos de Kinderdijk se localizan en un área que fue ganada al mar: el pólder de Alblasserwaard en la confluencia de los ríos Noord y Lek.

    Historia de Kinderdijk

    A partir del siglo XIII en la zona de Alblasserward, los problemas con el agua se fueron haciendo cada vez más evidentes. Con el fin de mejorar el drenaje de la tierra de este lugar se excavaron grandes canales, llamados wateringen en holandés, y así eliminar el exceso de agua existente.

    Sin embargo, el suelo drenado continuó disminuyendo mientras que el caudal del río colindante seguía creciendo. Estaba claro que otra solución más eficiente era necesaria. Durante siglos los habitantes de la zona siguieron lidiando con este problema y tuvieron que inventar distintas estrategias para combatir las crecidas del agua.

    Las leyendas de Kinderdijk

    El nombre de Kinderdijk se traduce en castellano como dique de los niños; sobre este curioso nombre circulan varias leyendas diferentes. A continuación os dejo varias de estas historias para que os quedéis con la que más os guste.

    • La más famosa se remonta al año 1721 durante la Gran Inundación de Santa Isabel. Tras la gran tempestad, los habitantes de esta zona subieron a uno de los diques cercanos para poder divisar desde allí el estado de la zona tras la catástrofe. Una vez en lo alto avistaron una cuna flotando en la lejanía. Cuando la corriente arrastró la cuna en la dirección de los campesinos, éstos vieron algo que se movía. Era un gato que se encontraba equilibrando la cuna evitando que el agua entrase, ya que en su interior había un bebé que se encontraba sano y salvo.
    • Otra leyenda dice que este dije fue construido en parte gracias a trabajo infantil. La cual teniendo en cuenta que hablamos de hace varios siglos pudiera ser más certera.
    • Otra historia habla de un habitante de la zona llamado Jan, quien tuvo tantos hijos que era conocido como <<Jan der Kindere>>, literalmente Juan el de los Niños; pasándose este área a llamarse posteriormente Kinderdijk en su honor.

    Función de los molinos de Kinderdijk

    Los molinos de Kinderdijk tienen una función mucho más importante que la mayoría de los molinos que conocemos, ya que tradicionalmente suelen tener como finalidad la molienda de algún tipo de producto mediante dos grandes piedras.

    Sin embargo, éste no es el objetivo de los molinos de Kinderdijk, ya que sorprendentemente son utilizados como bombas de agua que ayudan a drenar los terrenos que tienden a inundarse. Tratemos de imaginar la situación de los primeros asentamientos hace cientos de años. Habían conseguido evitar inundaciones creando barreras en la costa a base de diques y dunas naturales, pero siempre había filtraciones y cuando llovía (de media llueve 130 días al año) no había una forma natural de drenar los campos, que quedaban enfangados e inutilizables.

    Para solucionar este problema decidieron construir canales a una mayor altura de forma que desembocasen en el mar y por gravedad drenasen el agua a modo de desagüe; pero existía un problema: Kinderijk está a unos 2 metros bajo el nivel del mar…

    Pero ¿cómo conseguir levantar el agua varios metros? Para ello construyeron una serie de canales en paralelo, donde cada canal es un poco más alto que el que está a su lado. Posteriormente entre esos canales, levantaron los molinos, y dentro de ellos hicieron que el eje interior engranase en una rueda con palas (parecida a la que usaban los barcos de vapor del Mississippi), de tal manera que cuando el viento hiciera girar las aspas del molino, este a su vez girase la rueda palada y «empujase» el agua desde los canales inferiores a los más elevados. Repitiendo este proceso en un par de canales escalonados, consiguieron elevar el agua y secar las tierras aledañas.

    Cómo redirigir el molino para que aproveche el viento que sopla de todas direcciones

    Para optimizar el poder del viento, la caperuza de los molinos puede girar 360 grados para situarla siempre de cara al viento. Hoy en día se cuentan con potentes bombas hidráulicas e incluso dos enormes «tornillos de Arquímedes» que consiguen realizar este mismo proceso de manera más eficiente. Sin embargo, los días que hace viento (que suelen ser bastantes) los molinos entran en funcionamiento para aportar su granito de arena.

    Como curiosidad, cabe señalar que para mantener el funcionamiento de estas instalaciones, los molineros y sus familias al completo vivían en su interior. Resulta muy interesante visitarlos por dentro (hay 3 a los que se puede entrar) ya que descubrirás como una casa completa (con cocina, salón y habitaciones) es capaz de caber en una de estas estructuras.

    La lucha neerlandesa contra el agua

    Los neerlandeses tienen un dicho: <>. Y no les falta razón; el 26% de la extensión del territorio se encuentra debajo del nivel del mar; otro 29% corre el riesgo de ser inundado por los ríos y sólo el 50% de su totalidad está al menos 1 metro por encima del nivel del mar.

    Además, más de 9 millones de sus habitantes residen en zonas con riesgo a inundarse; aunque también es aquí donde se genera el 70% del PIB del país. Por ello, los neerlandeses y en especial los habitantes de la región de Holanda, a la que pertenecen las 3 mayores ciudades del país (Amsterdam, Rotterdam y La Haya), se han visto a lo largo de la historia obligados a luchar contra las inundaciones producidas por tormentas procedentes del mar o por riadas en las desembocaduras de sus grandes ríos, como el Rin.

    La lucha contra el mar de los holandeses comenzó durante la Edad Media con el fin de ampliar sus cultivos y proteger a sus habitantes de las inclemencias de los temporales. Para ello, los habitantes de las zonas afectadas decidieron crear diques que impidiesen que el agua del mar anegase las zonas más bajas.

    Una vez crearon estos diques se dieron cuenta de que zonas inundadas del interior del dique podían ser drenadas y utilizadas como terrenos de cultivos.

    Los terrenos ganados al agua, denominados pólders, empezaron a surgir, modificando así el mapa geográfico del país a lo largo de los siglos.

    La ingeniería hidráulica más avanzada del mundo

    Con el fin de proteger los terrenos ganados al mar, los neerlandeses cuentan con dos grandes obras de la ingeniería civil que garantizan que el país no se inunde a pesar de las inclemencias del tiempo: El Plan Delta que protege Zelanda y Holanda Meridional, y las presas del Zuiderzee que protegen a Flevolandia y Holanda Septentrional.

    Uno de los resultados de la lucha contra el mar holandesa es el Flevopólder, la isla artificial más grande del mundo donde se ubica Flevoland, la última provincia del país creada entre 1940 y 1968. Casi 1.000 km² drenados para ganarle terreno al mar y poder expandir tierras destinadas al cultivo y la agricultura.

    Problemas en la construcción

    Sin embargo no todo es tan fácil como parece, el resultado de estos drenajes excesivos termina creando un terreno muy inestable en el cual es extremadamente difícil edificar. El tipo de terreno drenado está básicamente compuesto por arenas y arcillas. Debido a la ausencia de terrenos más sólidos, las cimentaciones de este país son especialmente espectaculares y el proceso más tedioso en la construcción de cualquier edificación.

    Debido a los continuos drenajes, el terreno termina reduciendo su volumen y cediendo. Por ello las renovaciones de estructuras en el país son muy comunes. De hecho, sobretodo en zonas céntricas donde se encuentran edificios históricos, la mayoría de las aceras y calzadas no están asfaltadas, sino adoquinadas. El uso de adoquines facilita la posterior renovación: pasados un par de años las calles se vuelven a levantar, se echa más arena para subir el nivel de la calle, se allana el terreno y se vuelven a colocar uno a uno los adoquines como si fuese un puzzle. Con el paso del tiempo y los vehículos, y el asentamiento de los edificios, se crearán surcos en la calzada y habrá que repetir el proceso.

    Visita Kinderdijk

    No existe una mejor época para visitar estos molinos. Holanda tiene su encanto en todas las estaciones, pero por evitar la temporada alta, primavera u otoño pueden ser una buena opción. O incluso en invierno, si tuvieses la suerte de ver los canales helados.

    Los alrededores de esta zona se pueden visitar de forma totalmente gratuita. Existen 3 molinos-museo que siguen en activo a los cuales está permitida la entrada y es totalmente recomendable para ver el funcionamiento de estas estructuras de cerca, las cuales están decoradas con parte del mobiliario del siglo XVIII, ya que además de un sistema de drenaje, tradicionalmente en los molinos siempre han habitado familias.

    Si vas en un día de viento (es decir, el 99’9% de los días del año en este país), recomiendo entrar en los molinos que se encuentren en funcionamiento en ese momento. De esta forma podrás ver el mecanismo interno en acción.

    Otra atracción turística de la zona es un paseo en barco por el canal colindante a los molinos.

    Entrada:

    Puedes adquirir una entrada que incluye acceso a los 3 molinos-museo, el paseo en barco y una audio-guía que te contará en detalle la historia del lugar.

    Precio: La entrada para adultos cuesta 15,50€

    Para más info, haz clic aquí.

    Sin embargo, si tu intención no es entrar a los molinos, puedes acceder a esta zona y pasear libremente por las inmediaciones de Kinderdijk. Si te quieres sentir como un auténtico holandés puedes realizar este paseo en bicicleta.

    Nota: Ten en cuenta que se suele realizar un mantenimiento anual en los molinos, normalmente coincidiendo con el mes de enero. Por lo que si decides realizar esta visita en este mes, puede que no sea posible acceder a todos.

    Cómo llegar a Kinderdijk

    La forma más fácil de llegar a este conjunto arquitectónico es en coche. A tan solo 25 minutos del centro de Rotterdam (15km), 40 minutos desde La Haya y 1 hora desde Amsterdam.

    Si no dispones de coche, desde Rotterdam se puede acceder en transporte público y tardarás 1 hora aproximadamente. Igualmente hay algún ferry que va desde la ciudad hasta los canales cercanos.

    Zaanse Schaans, otros molinos turísticos

    Esta localidad situada al noroeste de Amsterdam es otra de las excursiones típicas que realizar en la visita del país. Durante el siglo XVII se construyeron en los alrededores de Zaanse Schaans más de 600 molinos, convirtiendo a esta zona en un complejo industrial. Estos molinos, aún en pie, siguen utilizando la fuerza del viento para moler especias, producir pinturas, aceites o tablas de madera de una forma tradicional y completamente ecofriendly.

    Zaanse Schaans es un pueblito idílico de cuento de hadas donde podrás conocer mejor la vida tradicional holandesa de los siglos XVII y XVIII. Cuenta además con granjas de leche, queserías y hasta una fábrica de zuecos.

    Sin embargo, molinos de este estilo existen en casi todo el planeta, pero molinos que drenen agua, sólo se existen en Holanda. Por eso entre estas dos atracciones turísticas recomiendo Kinderdijk ya que representa mejor a esta región y su continua lucha contra el agua.

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