Qué ver en Lisboa – Viajar Mas

Todo lo que se puede ver en Lisboa, te impulsa a ser mejor persona.

Lisboa es determinada, extrovertida y muy descarada. Por eso, es casi imposible ir a visitarla y no dejarse inspirar por todo lo que te rodea. Situada donde el gran Río Tajo hace su desembocadura en el atlántico, encontramos a esta bonita ciudad de la luz.

Aunque no es de las ciudades más visitadas, es de las más de moda en Europa porque guarda un equilibrio entre “cultura” y “personas que te reciben con los brazos abiertos”.

Sinceramente, Lisboa es donde tus recuerdos instantáneos se convertirán en eternos. Por eso, es de las ciudades más “cool” del continente europeo.

Sin embargo, hay que saber encontrar esos recuerdos.

Y a veces sucede que viajas a una ciudad desconocida y no llegas a planificar todo lo que vas a visitar, y echas a perder la esencia de la ciudad y todo lo que puede ofrecerte. Dejándote ese sabor amargo y recuerdos fugaces e incompletos.

¿Sabes cuáles son los 3 ERRORES que comete todo el mundo a la hora de planificar una escapada a Lisboa?

• No hacer una pequeña lista con todo lo que hay que ver, porque no llegarás a optimizar tu tiempo y acabarás viendo los tres monumentos de siempre.
• Tener una mente cerrada a su cultura y gastronomía, por lo que no valorarás ni disfrutarás cada momento en la ciudad.
• No añadir calzado cómodo a tu maleta, porque hay gran cantidad de cuestas y calles con adoquines resbaladizos por toda la ciudad.

Por ello, teniendo esto en cuenta, y suponiendo que vas a colocar en tu maleta tus deportivas más cómodas y tus mejores ganas por conocer cosas nuevas, te voy a detallar una serie de imprescindibles para ver en Lisboa y que no deberías perderte:

En estos Miradores sacarás tus mejores fotografías

Es de esos lugares en los que miras un atardecer que parece de película. La cuesta que hay para llegar es bastante empinada, pero una vez allí, tienes varios rincones donde poder descansar y desconectar.

Aquí puedes observar cantidad de artistas callejeros, músicos, universitarios y turistas, por lo que hacen que este mirador sea muy bohemio. Está decorado con azulejos, flores y jardines colgantes que le dan un toque muy pintoresco.

Se encuentra un poco más arriba del mirador de Santa Lucía, y se puede llegar a pie y con el tranvía 28 que tiene una parada enfrente.

Es de los miradores más bonitos que existen en la ciudad. Lo aconsejable es subir aquí un día soleado y despejado, a primera hora de la mañana, para valorar todo el resplandor de las antiguas casas del barrio Alfama y de la bahía.

También ofrece atardeceres mágicos para llevarte una hermosa panorámica de recuerdo, y que al mismo tiempo te puedas relajar, bebas algo en la terraza del bar y admires sus magníficas vistas.

Este mirador otorga una vista maravillosa de las colinas que rodean la ciudad.

Lo más destacado de este mirador es que es menos concurrido que los anteriores y hay mucha sombra, algo que apreciarás sobre todo en época calurosa.

Ahí encontrarás una pequeña plaza y un kiosko que ofrece bebidas y bocatas.

Es de los miradores más emblemáticos de la ciudad y está situado en el castillo de San Jorge. Solo por ver todos los colores y la belleza que rodea la ciudad, ya merece la pena.

El mirador fue realizado en el siglo XVIII, las murallas que lo sostienen del siglo XIV y fue reconstruido en 1940, por lo que se encuentra en buenas condiciones y está muy bien cuidado.

Cuenta con cañones que apuntan al río Tajo, para sentir que estás defendiendo la ciudad.

• Miradouro de São Pedro de Alcãntara

De los más grandes e importantes para ver en Lisboa y se puede acceder por el ascensor Glória.

Desde este mirador puedes ver la Avenida da Liberdade, La Baixa, Restauradores y la colina del Castillo de São Jorge.

Sus bancos y jardines están sumamente cuidados, ofreciendo un agradable entorno para pasar un rato muy ameno. Cuenta con un kiosko para que puedas picar algo y refrescarte, y en verano puedes ver música en directo.

Destaca su mapa de azulejos para que sitúes lo más icónico de la ciudad desde allí.

Aunque es el más grande y majestuoso mirador, no se encuentra en la propia ciudad precisamente.

Situado en la sierra de Sintra, es donde el mar comienza y la costa termina en Lisboa. Es la localización más occidental de Europa.

Los acantilados a 140 metros de altura y la inmensidad del océano te hace sentir como si estuvieses en el fin del mundo. Sus vistas espectaculares son de visita obligada si viajas a Lisboa.

Tiene un faro que desde 1772 sigue siendo guía de los barcos que pasan por allí.

Aunque estos son los miradores más destacados, hay varios que si te sobra tiempo en tu viaje, deberías ver también en Lisboa:

Miradouro de la Senhora do Monte, Miradouro del Parque de Eduardo VII, Miradouro de Monte Agudo y el Miradouro de Santa Catarina.

¡Estos fantásticos lugares te regalarán las mejores vistas de Lisboa!

Los Monumentos más emblemáticos para curar la nostalgia del pasado

Foto de shardy en Pixabay

La Catedral Sé es el templo de culto más importante de Lisboa, cuya edificación finalizó en el siglo XII y se sitúa en el barrio de Alfama. Su restauración más reciente data de principios del siglo XX. Y es de los pocos edificios que sobrevivió a los terremotos e incendios que ocurrieron en la ciudad.

De estilo románico también tiene influencias barrocas y góticas debido a varias reconstrucciones de la misma. Tanto en sus torres como en su gran rosetón, se puede observar esta mezcla de influencias.

Originalmente era denominada como “Iglesia de Santa María Mayor” pero ya en el siglo XIV ejerció como Catedral. Su tesoro más importante son “los restos de San Vicente”, el patrón de Lisboa, y cuenta la leyenda que estos restos fueron trasladados por cuervos, de ahí la imagen de los cuervos que aparece en el escudo de la ciudad. Sus claustros y excavaciones insinúan su pasado árabe y romano.

Realmente es maravillosa, repleta de mucha historia y solo por observar su increíble fachada y sus grandes columnas interiores ya merecen la pena.

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Fortificación arquitectónica militar árabe del siglo XI, conocida también como “el Castelo dos Mouros”. Puedes llegar con el tranvía 28 y a pie subiendo diferentes cuestas y callejuelas del barrio de Alfama, porque está situada en el rincón más alto de la ciudad. Otra opción es subir con el ascensor situado en el barrio de la Baixa.

Edificado por visigodos y después renovado por los árabes, es de los mejores monumentos para visitar, ya que tiene muy buenas condiciones de conservación y mantenimiento. Hay mucho que visitar: sus jardines, fosos, almenas, exposiciones, el patio de armas, la Torre de Ulises, el Arco de San Jorge… Además hay una cafetería en el interior.

La duración estimada para que tu visita sea exitosa es de 3-4 horas aproximadamente, y acuérdate de llevar la batería de tu cámara bien cargada, porque es una construcción que invita a hacer muchísimas fotos, tanto de sus elementos como de sus vistas excelentes de su mirador.

Muy recomendable para estar en contacto con la historia y la naturaleza de la ciudad.

El barrio de Belém está alejado del centro, por lo que ir a pie no es la mejor opción. Taxis, el tranvía 15 o autobuses hacen paradas aquí en el que puedes ver estos 3 imprescindibles:

1. Monasterio de los Jerónimos (Mosteiro dos Jerónimos)

Foto de LoggaWiggler en Pixabay

De estilo manuelino, entendiendo “manuelino» como una mezcla entre gótico y morisco, y es Patrimonio de la Humanidad.

Fue inaugurado para homenajear a Vasco de Gama un conocido navegante que recorrió las Indias y las Américas. Y más concretamente, el sitio era donde Vasco de Gama y su tripulación rezaban antes de ponerse a zarpar para conquistar nuevas tierras.

Construido a comienzos del siglo XVI, en tu visita podrás recorrer su claustro, la Iglesia de Santa María de Belém y otras estancias como el mausoleo. Las vidrieras son muy hermosas, las columnas muy bien diseñadas, hay preciosos azulejos y destacan las tumbas de Fernando Pessoa o Vasco de Gama.

Como dato curioso, fue entre estas bonitas paredes donde se inventaron los famosos pasteles de Belém.

Una joya auténtica con elementos originales y únicos que no te puedes perder.

2. Torre de Belém

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Es un monumento de los más famosos que ver en Lisboa. Fue fortaleza, prisión, centro de aduanas, faro, y fue declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Data en los comienzos del siglo XVI, y era una construcción muy importante en cuanto a la defensa de la ciudad. Además aquí era donde llenaban con bastimentos los barcos de Portugal antes de zarpar y conquistar el mundo y el océano.

Consta de varias plantas y cuando subes por su escalera de caracol a lo alto de la torre hay una terraza para divisar sus excelentes vistas.

Está definido con el típico estilo “manuelino” de Portugal, y tanto sus cúpulas como los balcones reflejan un estilo árabe debido a que su diseñador Francisco de Arruda pasó largos años en tierras marruecas donde fue muy influenciado en sus estilos arquitectónicos.

Justo al lado de la torre puedes encontrar: el muelle por donde pasa el río, unos jardines preciosos para poder pasear y los pasteles típicos de Belém que son muy sabrosos para endulzar tu día.

Su visita es muy curiosa ya que se encuentra encima de la desembocadura del río Tajo, y destacan sus vistas cuando llega el atardecer.

3. Monumento a los Descubrimientos (Padrão dos Descobrimentos).

Foto de alan smith en Pixabay

Un lugar con encanto al lado de la mismísima Torre de Belém, y de visita obligada para ver en Lisboa. Todo el monumento está plagado de mucho simbolismo y transmite el poder que había en la época de los conquistadores y de los descubrimientos.

Aunque parece como si lo construyeran ayer, data del año 1960 para conmemorar los 500 años de descubrimientos portugueses.

De 56 metros de altura hace referencia a una “carabela”. En la proa está la escultura del descubridor de las Azores, Cabo Verde y Madeira, y las estatuas que encuentras después de la proa son increíbles: militares, reyes, artistas, científicos y religiosos. Todos estos personajes existieron de verdad y están esculpidos de una manera muy elegante y con mucho detalle.

En lo alto hay un mirador con una gigante rosa de los vientos dibujada en el suelo, y en el que puedes observar una vista excelente del río Tajo.

Si eres apasionado de la historia y de los “tiempos de los descubrimientos” tu visita es imprescindible.

Foto de Bernardo Ferreria en Pixabay

No es de los más claves para ver en Lisboa, pero en este monumento llegarán a sorprenderte sus vistas de Lisboa y del puente colgante.

Se puede llegar con el barco desde Cascais do Sodré a Cacilhas, y allí tomar el bus 101 y bajarte en la parada de Cristo Rei.

Es curioso que su colocación hace que parezca que la estatua está abrazando a Lisboa. De 28 metros de alto, está inspirada en el Cristo de Corcovado de Brasil. Su construcción finalizó en 1956 como agradecimiento de que Portugal no tomase parte en la 2ª Guerra Mundial, convirtiéndose en un símbolo de paz.

Los cuatro pilares que lo rodean son los puntos cardinales y en el interior hay una capilla.

Si quieres desconectar y relajarte, esta visita es fundamental, sobre todo por la tarde con la maravillosa puesta de sol.

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Antiguamente conocido como “Iglesia de Santa Engracia”, empezó a edificarse a finales del siglo XVII y finalizó en 1966. Situado en el barrio de la Alfama aquí descansan muchos ilustres de Portugal.

De estilo barroco, su cúpula es grandiosa y bella en toda su esencia. Según entras a la izquierda, podrás subir unas escaleras para apreciar las excelentes vistas.

Si vas los martes o los sábados, colocan al lado un mercado de segunda mano lleno de objetos vintage muy chulos. Este mercado es conocido como “Feira da Ladra”.

Foto de Aurélien MAILLET en Pixabay

Situado en el barrio de Chiado, es de los monumentos más curiosos que ver en Lisboa.

Fue por culpa del terremoto de 1775 que quedó en ruinas. Después del suceso, se empezó a construir nuevamente, pero los monjes que lo habitaban desaparecieron por lo que la obra quedó a medio construir.

Sin embargo, está cuidado y cuenta con buen mantenimiento, conservando toda su magia, ya que solo pasear por toda su arquitectura con el cielo descubierto es una experiencia muy peculiar.

Además, aquí puedes encontrar el museo Arqueológico de Lisboa.

¡Con todos estos monumentos, te empaparás de la cultura e historia más emblemática de Lisboa!

Ver el Arte más icónico de la ciudad

Foto de Fox en Pexels

• Museo de Berardo Collection

Abierto al público en el año 2007, este museo es de los más visitados de Portugal, y está entre los 100 más vistos del mundo por su arte excepcional.

Situado en el barrio de Belém, más concretamente en su centro cultural, podrás observar una inmensa variedad de arte moderno y contemporáneo cuyos estilos comprenden todo el siglo XX y principios del siglo XXI.

José Manuel Berardo fue un empresario portugués, que en los años 80 hizo fortuna en el sur de África por extraer oro, convirtiéndose de los más ricos de Portugal. Como una de sus pasiones era el arte, empezó su fabulosa colección y llegó a juntar más de 40000 obras, que una vez llegado a un acuerdo con los gobernantes, fundó este museo como fundación (tipo Thyssen).

Aunque suelen haber exposiciones temporales de artistas de renombre, en el museo Berardo puedes encontrar la exposición permanente con obras de Picasso, Mondrian, Duchamp, Warhol, Magritte, Malevich, entre otros. En otras palabras, recorrerás las corrientes del surrealismo, pop-art, cubismo, arte conceptual o hiperrealismo, así como arte portugués contemporáneo.

Disfrutarás con cada pieza que veas porque las salas cuentan con explicaciones de todas las corrientes artísticas y de los propios artistas en su contexto social.

Y recuerda que los sábados el acceso al museo es gratuito.

• Museo Azulejos (Museu Nacional do Azulejo)

Un museo muy curioso porque se exponen azulejos de varias épocas de la antigüedad para que veas la historia de Lisboa de una forma diferente. Está ubicado a medio camino entre la Plaza del Comercio y el Parque de las Naciones, en el centro de la ciudad.

Te gusten o no ver azulejos, este museo no defrauda. Incluso podrás ver en un mosaico de azulejos cómo era la ciudad a principios del siglo XVIII antes que ocurriera el terremoto. También hay azulejos españoles y holandeses además de los portugueses.

Ubicado en el interior del antiguo Convento de Madre de Deus, de estilo manuelino y barroco, hay 3 plantas para que puedas ver la evolución de los azulejos portugueses desde sus inicios hasta la actualidad.

Las dimensiones y los colores de cada azulejo provienen de los estilos más importantes de la península: románticos, modernistas, renacentistas, barrocos, árabes, contemporáneos…

Al lado del río Tajo, situado donde se inauguró la Exposición Universal en Lisboa (la Expo) dispone de diversas atracciones que son muy recomendables para ver en el centro de la ciudad.

Toda su arquitectura y su estilo artístico son ultra-modernos y contemporáneos, convirtiéndola así en una de las zonas más futuristas de Lisboa.

Conocido como el “Parque das Nações” en portugués. Toda su arquitectura se caracteriza por representar conceptos marinos y marítimos, donde la Estación de Oriente, diseñada por el español Santiago Calatrava, destaca por su gran complejo abovedado y sus formas de estilo artístico alternativo.

Incluso puedes ir al Oceanario que es uno de los acuarios más gigantes de Europa en el que podrás ver estrellas de mar enormes, tiburones cebra, rayas y otras muchas especies de alrededor del mundo.

Puedes acceder por la pasarela acuática Caminho da Água, pasar el Jardim Garcia de Orta o el Jardind d’Agua para ver la mejor naturaleza tropical.

Además es recomendable si te queda tiempo, subir a uno de los teleféricos que hay allí y ver todas las vistas, para maravillarte con el atardecer mágico de Lisboa.

Aquí también se encuentran el Casino de Lisboa, el Pavilhão Atlántico (sitio de conciertos) o el Centro Comercial Vasco Da Gama.

Si te apasiona el arte de la calle y todo lo alternativo, hay diferentes obras callejeras por la ciudad que no te dejarán indiferente, porque muchas de estas obras han sido realizadas por artistas muy conocidos del propio sector del “street-art”: Acer, Mariana Dia Coutinho, Leonor Brilha, Godmess, VHILS o Akacorleone, entre otros.

Este arte callejero lo puedes encontrar en La Travessa de São Vicente, en la Avenida Alfonso Costa, Rúa da Bica do Sapotero, en el barrio de la Quinta do Mocho o en la Avenida Fontes Pereira do Melo.

Así podrás aprovechar y ver la parte más cool y alternativa de la ciudad para poder conocer de una forma diferente Lisboa y empatizar un poco más con su personalidad descarada.

¡Con todo este Arte icónico tendrás inspiración en estado puro para recolectar los mejores recuerdos creativos!

Y aquí viene lo mejor: además de todos estos imprescindibles para ver en Lisboa, esta ciudad ofrece muchísimo más:

• Comer en las mejores tasquitas escuchando Fado, y deleitarse con la rica gastronomía portuguesa.
• Recorrer los rincones y barrios más memorables para que no te quede nada por hacer en esta linda ciudad.
• Elegir entre loshoteles más demandados para garantizar tu seguridad, comodidad y tranquilidad.

Lisboa te hará vivir en primera persona la “saudade” que es un sentimiento portugués que significa “añoranza, nostalgia o morriña”, y es muy fácil sentirla, tanto cuando llegas a la ciudad porque la amarás, como cuando te marches y la eches de menos.

Y es que su aire alternativo y bohemio, su arquitectura antigua y futurista, sus azulejos con historia, y las vistas espectaculares de sus miradores, hacen que Lisboa sea de visita obligada en tu próximo plan de viaje.