El Ponte Vecchio en Florencia

Índice de contenidos
  1. HISTORIA DEL PONTE VECCHIO EN FLORENCIA
  2. LOS COMERCIANTES DEL PUENTE
  3. LA BANCARROTA EN EL PONTE VECCHIO EN FLORENCIA
  4. LOS MEDICI Y EL CORRIDOIO VASARIANO
  5. HITLER Y EL PONTE VECCHIO EN FLORENCIA

Seguro que si has decidido viajar para conocer Florencia y has buscado mínimamente información sobre ella, te ha salido su imagen. La imagen del puente más famoso y también del más curioso que existe todavía en la ciudad, con sus casas acurrucadas una junto a la otra, aparentemente sin sentido. Pero, ¿qué tiene de especial el Ponte Vecchio? ¿Cuáles son sus secretos? Te lo cuento todo en este post. Os presento, la historia del Ponte Vecchio en Florencia.

Todo el mundo ha visto alguna imagen de este puente. Así es de conocido. Es un poco como el Duomo pero a lo civil (si queréis conocer más de lo que os puede ofrecer la Catedral de Florencia, os dejo mi enlace). Pero no todo el mundo sabe a qué se debe su peculiar arquitectura. Tanto si vivís en Florencia, como si estáis de paso, es un monumento que os sorprenderá, sin duda. Sin embargo, no solo su aspecto es peculiar. También el proceso por el que llegó a ella.

HISTORIA DEL PONTE VECCHIO EN FLORENCIA

La existencia del puente es muy antigua en el tiempo. La ciudad de Florencia tiene un origen romano, y fueron ellos, quienes en el año 59 a.C. aproximadamente crearon un pequeño asentamiento cerca del río Arno por la fertilidad de las tierras que bañaba. Así, estos mismos romanos construyeron ya una pasarela que uniera las dos orillas del río y permitiera la comunicación entre ambas, en el punto más estrecho del Arno. A través del puente, asimismo, se llegaba a Roma.

Estaba hecho de madera. La pasarela se agrandó en el año 123, cuando el Emperador Adriano promovió la creación de la llamada Via Cassia Nuova, que atravesaba la ciudad.

Después, fue destruido en innumerables ocasiones, sea por las invasiones bárbaras que sufrió la ciudad, sea por las inundaciones que el propio Arno provocaba en las épocas de crecidas. Precisamente, una de estas inundaciones, acabó con el puente en 1333 y tuvo que ser puesto en pie de nuevo, esta vez en piedra, entre 1335 y 1345 bajo diseño de Taddeo Gaddi y Neri di Fioravante.

LOS COMERCIANTES DEL PUENTE

La ciudad tiene un importante pasado comercial. El comercio lo invadía absolutamente todo. A ambos lados del puente, se vendía carne, pero a partir de 1442, el gobierno local decidió por razones de higiene y decoro, que los carniceros y pescaderos se trasladaran al interior del Ponte Vecchio.

De esta manera, se evitaba que se dejaran los rastros de sangre y los desechos en el traslado al río, puesto que allí, se podían tirar tranquilamente. Así, se convirtió en el mercado de la carne. Los comerciantes agrandaron su espacio construyendo rápidamente y de mala manera los talleres que lo han hecho famosos. Son las construcciones que hoy vemos en el lateral del puente, y que están unidas a él, por unas vigas de madera.

LA BANCARROTA EN EL PONTE VECCHIO EN FLORENCIA

La leyenda cuenta que el término nació en este puente. Antes de que se construyeran los talleres de trabajo, se vendía en bancos o mesas. Todos los comerciantes tenían que tener una para que se pudiera llevar a cabo la venta. De hecho, cuando el comerciante no pagaba sus deudas, se le rompía la banca o mesa y de ahí, vendría la palabra que conocemos todos: bancarrota.

LOS MEDICI Y EL CORRIDOIO VASARIANO

En 1565, Cosimo I de’ Medici mandó construir al arquitecto Giorgio Vasari, un pasillo que pudiera comunicar el centro político y administrativo de la ciudad, Palazzo Vecchio, con la residencia de la familia al otro lado del río Arno, Palazzo Pitti. Y de aquí, se generó la vasta construcción, que atraviesa la ciudad completando aproximadamente una distancia de un kilómetro y trescientos metros. Adquirió el nombre de Corridoio Vasariano.

Se construyó tan solo en cinco meses y recorre algunos de los monumentos más importantes de la ciudad. Inicia en el Palazzo Vecchio, como hemos dicho, pasa por la Galleria degli Uffizi, atraviesa el Ponte Vecchio por arriba. Después, llega hasta el Oltrarno pasando por la iglesia de Santa Felicità y desemboca en el Jardín de Boboli de Palazzo Pitti.

El Corridoio se conserva en su totalidad y aunque ahora está cerrado al público (lo está desde 2016), se rumorea que se reabrirá el 2021 y será una oportunidad estupenda para pisar aún más un poquito más de la historia florentina. La entrada será desde la Galleria degli Uffizi, os dejo la web del Museo aquí por si queréis curiosear.

Además, los carniceros salieron del puente por orden de Ferdinando I, hijo de Cosimo I, porque no le gustaba nada el horrible olor que llenaba todo el pasillo cuando lo debía atravesar. De este modo, llegaron los joyeros a ocupar los talleres del Ponte Vecchio. No causaban olores nauseabundos y le daban una cierta categoría al lugar.

Y a los joyeros sigue dedicado este espacio de la ciudad. Tampoco es una casualidad, ya que muchos de los grandes artistas florentinos como Filippo Brunelleschi o Benvenuto Cellini fueron grandes orfebres antes de dedicarse al arte. Así que, es una especie de homenaje a la orfebrería, que tantas alegrías ha dado a Florencia. El propio Cellini, su busto al menos, está colocado en el centro del puente ya que es considerado el patrón de los orfebres.

HITLER Y EL PONTE VECCHIO EN FLORENCIA

Muchas son las teorías de por qué el puente sobrevivió a los bombardeos nazis. Una de ellas es la idea de que Hitler apreciaba contemplar el atardecer desde el Ponte Vecchio desde los tres ventanales centrales de la estructura. Además, se dice que apreciaba el valor histórico que tenía.

Los alemanes destruyeron todos los puentes de la ciudad porque los aliados venían desde Roma y el acceso hasta Florencia se producía a través de ellos. Por eso, resulta extraño que dejaran el Ponte Vecchio en pie. De hecho, otra de las teorías, es que sí quisieron derribarlo, pero alguien descubrió dónde habían colocado las cargas y las quitó.

Posiblemente no lleguemos a saber nunca la verdad, sin embargo, afortunadamente para nosotros, sigue ahí. En pie. Acercándonos un poquito el pasado de la ciudad hasta nuestros días.

Hoy, además de recorrerlo, es uno de los puntos estratégicos donde contemplar el atardecer, aunque desde el Ponte Santa Trinita creo que son incluso mejores. ¡Tendréis que ver los dos para elegir!

Espero que os haya gustado la entrada de esta semana. ¡Nos leemos!

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