El Complejo Arqueológico de Ingapirca

PARTIENDO DESDE CUENCA, AZUAY

Índice de contenidos
  1. PARTIENDO DESDE CUENCA, AZUAY
  2. PRECIOS
  3. DURACIÓN DEL RECORRIDO
  4. MUSEO DEL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE INGAPIRCA
  5. COMODIDADES QUE OFRECE EL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE INGAPIRCA
  6. LA COMIDA QUE OFRECEN EN EL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE INGAPIRCA
  7. FIN DEL PASEO

Mi amiga Miriam me invitó para salir desde la ciudad de Cuenca, en la Provincia del Azuay. Por supuesto que acepté y fuimos con sus dos hijos, partiendo desde el terminal terrestre de Cuenca, un sábado muy tempranito en la mañana.

Desde el terminal terrestre de Cuenca hay que tomar primero un bus hasta Azogues, -que es la capital de la Provincia de Cañar- y luego desde Azogues otro bus hasta Ingapirca, que es un pintoresco pueblo de montaña en donde se respira aire puro y se siente la calidez de su gente.

Cabe resaltar que Azogues es una ciudad muy bonita que también se debe visitar con suficiente tiempo disponible, pero como nuestro destino final era las Ruinas de Ingapirca, preferimos seguir para llegar suficientemente temprano, ya que las entradas para el ingreso al complejo arqueológico se venden hasta una hora tope, que son las 2:00 pm.

Desde donde nos deja el bus hay la opción de tomar un tercer vehículo, que bien puede ser un taxi, o bien una camioneta particular de pasajeros, pero sigue leyendo y te enterarás por qué podría ser un error.

PRECIOS

El pasaje desde Cuenca hasta Azogues está en $3.00 por persona. De Azogues hasta Ingapirca $2.50 y desde Ingapirca -si no quieres caminar unos 15 minutos hasta el Complejo- pagarías otros $2.00 por persona.

Cabe resaltar que para salir del terminal de Cuenca hacia el andén de abordaje, hay que pagar $0.25 centavos por impuestos de uso del terminal.

Una vez que llegas al Complejo debes esperar la hora de venta de entradas, que se realiza cada treinta minutos.

Allí pedirán un documento de identidad por cada ticket que vayas a comprar y el costo de cada entrada es de $3.00. El ticket sirve para visitar el Complejo Arqueológico y además el museo. Toda la visita es guiada y te permitirán tomar fotografías y grabar vídeo, durante el recorrido de las ruinas, pero adentro del museo sólo te permiten tomar fotografías.

DURACIÓN DEL RECORRIDO

El recorrido dura unos 40 minutos y una vez que termina, tendrás una media hora más para tomarte todas las fotos que desees.

En mi experiencia a la guía le desagradó que me quedara un poco atrás para grabar unos pequeños vídeos y tomar fotografías, ya que su deseo es que los visitantes escuchen la historia de cada “estación” visitada.

Si llevas intención -como en mi caso- de grabar un poco- tendrás que quedarte un atrás y perderte de las historias, porque una vez que avanzas en el sendero ya no podrás regresarte. Así que las fotografías que te quieras tomar luego, deberán ser en el tramo final del recorrido.

Durante el recorrido puedes ir tomando fotografías, pero ya sabes que igual te perderás un poco de lo que va explicando la guía, quien llega a una estación con el grupo, explica de forma concisa y continúa, ya que lleva el tiempo medido.

MUSEO DEL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE INGAPIRCA

Luego del recorrido por todo el Complejo Arqueológico de Ingapirca, la guía nos llevó al museo.

Tienen una pequeña sala en donde esperamos a que el grupo que entró antes, avanzara un poco. La espera fue de unos cinco minutos, así que estuvo bien.

El museo es un espacio cálido con un fondo musical tenue. La atención del personal es esmerada y todo está muy limpio.

Adentro del museo se pueden tomar fotografías, pero está prohibida la grabación de vídeos.

El recorrido guiado en el museo dura una media hora más. Luego de que termina el recorrido guiado, te puedes quedar el tiempo que desees, merodeando aquí y allá, leyendo la documentación ofrecida, tomando fotografías o comprando algún souvenir.

Realmente es muy interesante todo lo que cuentan sobre la forma de vida que tuvieron los Incas en esa zona, pero además sus costumbres y su manera tan inteligente de llevar adelante la supervivencia.

La energía que se respira en el lugar es única y sales de allí con sensación de felicidad.

Muchas veces he dicho que es un micro Machu Pichu, pero más por el hecho de que también en este Complejo Arqueológico radicaron los Incas.

COMODIDADES QUE OFRECE EL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE INGAPIRCA

El sitio donde se compran las entradas es un pequeño edificio que cuenta con sala de espera y una decoración propia del lugar, lo que facilita la toma de buenas fotografías interiores. En la parte de atrás hay un bonito jardín y tienen baños pulcros.

Una vez terminado el recorrido por la zona de las ruinas, te ofrecen un recorrido extra hasta lo que llaman la Roca del Inca.

Este recorrido tiene un costo adicional y dura dos horas más, para llegar a una roca gigantesca que naturalmente tiene el perfil de un Inca.

Nosotros no hicimos ese recorrido y decidimos pasear por una callecita en donde ofrecen artesanías propias del lugar. Los precios varían desde $3.00 en adelante, según lo que decidas comprar.

Por allí hay un par de personas con una Llamas auténticas ofreciendo fotografiarse con la Llama a cambio de $1.00 y claro que me tomé la fotografía, además de acariciar hasta el tedio a la Llama llamada Roberto, al cual, por cierto, no le gusta que le toquen la cabeza, así que si vas y te lo consigues, ya sabes que puedes acariciarlo donde quieras, menos en su cabeza… caso contrario te escupirá.

Y es que a las Llamas cuando no les gusta algo, te escupen.

LA COMIDA QUE OFRECEN EN EL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE INGAPIRCA

Un poco más allá, pero dentro del mismo Complejo Arqueológico, hay varios restaurantes típicos, en donde puedes comer un menú completo desde $3.00 , pero si optas por un plato más exclusivo, puedes gastar hasta $20.00 por plato.

Un menú incluye sopa, segundo y bebida. Fue una comida sencilla, pero bastante satisfactoria.

En los restaurantes más costosos vendían cerdo asado, alpaca, cuy y carne de res. También ofrecen bebidas alcohólicas típicas, como la chicha fermentada o el Zhumir.

Al salir del Complejo Arqueológico de Ingapirca nos encontramos con una venta de helados artesanales que no advertimos al llegar, así que nos provocó y compramos helados también. Nos sentamos en un muro a degustar nuestros helados mientras seguíamos embelesados disfrutando del maravilloso paisaje.

FIN DEL PASEO

Terminamos nuestros helados y decidimos regresar a pie hasta la parada de buses que nos llevaría de vuelta para Azogues y de Azogues para Cuenca.

El recorrido a pie resultó mucho más corto de lo que se apreció en la camioneta que pagamos cuando íbamos hacia el Complejo, así que ese fue dinero perdido y la recomendación es que vayas a pie desde donde te deja el bus, hasta el Complejo. No son más de quince minutos de caminata si vas despacio.

Nos regresamos en un bus e íbamos llenos de energía positiva y menos cansados de lo que pude imaginar.

Llegamos a Cuenca a eso de las 8 de la noche, llenos de regocijo por haber visitado aquel lugar tan hermoso que todos los días cuenta con cientos de visitas, tanto de nacionales, como de turistas internacionales.

Mi sugerencia es que lo tomes como una fija a la hora de visitar la “Ciudad Roja del Ecuador”, ya que queda cerca y es bastante económico, pero además vivirás una experiencia inolvidable.

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