Montalcino y su vino de oro internacional

Índice de contenidos
  1. HISTORIA DE MONTALCINO Y SU VINO DE ORO
  2. QUÉ VER EN MONTALCINO Y SU VINO DE ORO
    1. Duomo o catedral
    2. Abadía de Sant’Antimo
    3. Piazza del Popolo
    4. Las murallas de Montalcino y su vino de oro
    5. Museos reunidos

Uno de los placeres de viajar es sin duda el turismo gastronómico y en eso, tanto Florencia como Toscana, son sitios que superarán vuestras expectativas. Si sois amantes del vino y venís a Toscana con la intención de disfrutar de su gastronomía y sus caldos, esta es una ciudad que no os podéis perder. En la entrada de esta semana, os presento Montalcino y su vino de oro.

Hay tantísimos lugares hermosos en Toscana, que en esta ocasión toca hablaros de una ciudad famosa sobre todo por su gastronomía, y más concretamente, por su vino. El Brunello de Montalcino es un vino tinto conocido internacionalmente y se considera como uno de los mejores de Italia. Es por eso que mucha gente incluye esta pequeña localidad toscana en sus itinerarios turísticos, y no solo extranjeros, también muchos italianos que lo conocen. Es cierto que no es para todos los bolsillos, porque suele ser bastante caro, incluso la copa. Pero no es el único buen vino que encontraréis aquí, ya que además existen otro como el Rosso di Montalcino, el Sant’Antimo o el Moscadello.

Montalcino se encuentra en la provincia de Siena y no está muy lejos de Florencia en realidad pero es cierto que es bastante complicado llegar en transporte público. Tendríais que coger varios trenes y algún autobús, por lo que os recomiendo visitar si habéis viajado en coche o pensáis alquilarlo a vuestra llegada. En coche desde Florencia sería más o menos una hora y media. Estoy segura de que no os arrepentiréis.

HISTORIA DE MONTALCINO Y SU VINO DE ORO

Montalcino tuvo un origen probablemente etrusco, aunque no hay pruebas de ello. Era ya una colonia habitada en el siglo X y adquirió más o menos su dimensión actual en el siglo XIV. El crecimiento económico de la localidad venía de las fábricas, principalmente de cuero y de su posición en la Via Francigena, el antiguo camino de comunicación entre Francia y Roma. Su posición es en altura, como ya habréis adivinado si habéis leído alguna de mis otras entradas sobre ciudades toscanas. Es como les gusta construir. Os dejo enlazada la de Monteriggioni, por si os interesa echar un vistazo.

Al estar en la provincia de Siena, fue precisamente esta ciudad la que consiguió tener el control de Montalcino hasta que llegó a formar parte del Gran Ducado de la Toscana de los Medici y después de los Lorena, y en el siglo XIX, entró dentro de la Italia Unificada.

QUÉ VER EN MONTALCINO Y SU VINO DE ORO

Duomo o catedral

El principal edificio religioso de la ciudad es la concatedral dedicada al Santísimo Salvador. Se construyó en el siglo XIV, aunque su estilo es neoclásico porque ha sufrido muchas reformas posteriores. Se encuentra en el centro histórico y en su interior, se conservan obras de Francesco Vanni,Antonio Rossi o el Beccafumi.

Abadía de Sant’Antimo

Es un monasterio benedictino que supone una de las arquitecturas más importantes del románico toscano. El núcleo primitivo de la abadía tuvo su origen en un pequeño oratorio dedicado a Sant’Antimo de Arezzo a su muerte en el año 352. Carlo Magno la convirtió en una abadía imperial en el 781. Os recomiendo mucho visitarla, por la paz que uno puede respirar allí. Es curioso como un edificio tan antiguo puede conservar una espiritualidad tan fuerte.

Piazza del Popolo

Se trata de la plaza principal de la ciudad, y como tal, aquí se encuentran algunos de los edificios más importantes de Montalcino. Para empezar el Palazzo dei Priori, que identifica al Ayuntamiento. Como ocurre en muchas ocasiones en Toscana, su exterior está adornado con los escudos heráldicos de los distintos jefes de la justicia que han ido impartiéndola a lo largo de la historia. Tiene adosada una imponente torre medieval que hace todavía más impresionante el edificio.

Muy cerca de este palacio, podréis encontrar una edificación renacentista conocida como La Loggia, o la lonja en español, y que quizás imita un poco a la que hay en la Plaza de la Señoría en Florencia. Otros edificios interesantes son el Teatro degli Astruso y el antiguo Hospital de Santa María de la Cruz.

Las murallas de Montalcino y su vino de oro

Las murallas de la ciudad son de origen medieval y se construyeron en el siglo XIII. Están constituidas por una fortaleza que se encuentra en el punto más alto de la ciudad allá por el año 1361.

Además, está el castillo del Romitorio, diseñado por Giuliano da Sangallo en los primeros años del 1500. Y por supuesto, el Castillo de San Giovanni d’Asso. Es una construcción en su origen medieval, aunque en realidad se ha construido en diferentes períodos de la historia, la última parte en el siglo XX. Tiene un patio hermoso donde podréis admirar frescos del siglo XIII y sugerentes arcos. Es absolutamente espectacular, así os recomiendo que paséis por allí cuando visitéis la ciudad. Podréis sacar una fotos formidables.

Museos reunidos

El edificio adyacente a la iglesia de San Agostino, antiguo convento, hoy en día es la sede de los museos reunidos. Aquí se localizan diversas obras interesantes, a destacar un crucifijo de madera de maestría senesa, esculturas de arcilla de la mano de la familia Della Robbia y también un San Pedro y San Pablo de Ambrogio Lorenzetti y una Virgen con el niño de Simone Martini.

Después de visitarlo, os recomiendo que hagáis alguna parada para reponer fuerzas y probéis alguno de los magníficos vinos de la zona acompañando alguna buena pasta. Para saber más sobre Montalcino, os dejo aquí el enlace al Ayuntamiento de la ciudad.

Muy cerquita de aquí hay otros pueblitos que os recomiendo ver en el mismo recorrido, por lo difícil que es llegar en transporte público y por la poca distancia que hay entre ellos. Os los descubriré en futuros post, de manera que estad atentos. Juntos forman parte del llamado Val D’Orcia, que tiene unos paisajes absolutamente maravillosos. De hecho, de aquí son las famosas fotos con la hilera de cipreses en el camino que tanto identifica Toscana. Imperdible.

Y hasta aquí la entrada de esta semana. Espero que os haya resultado entretenida y os haya gustado. Espero también que os haya hecho querer incluir esta ciudad en vuestros recorridos de Toscana, tanto si venís de otros países como si estáis viviendo en la región y queréis descubrir un poco más de ella. Montalcino y su vino de oro no os defraudará. Estoy segura. ¡Nos leemos!

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